Para soñadores y románticos, “El día no restituido”, de Giovanni Papini

Voy a hacerte una apretada síntesis de un cuento del extraordinario de Giovanni Papini, “El día no restituido”.

Lo podés leer haciendo clic en el botón a continuación:

La historia transcurre en la Toscana, donde en una degradada villa, viven unas ancianas y empobrecidas princesas alemanas.

A ellas se acerca un joven a quien le fascina las historias de sus vidas que pertenecen a un mundo que ya quedo atrás, que ya no existe.

Un día le pide a su preferida, la más vieja y la más bella, que le cuente algo que jamás contó, que ha sido su mayor secreto en la vida. La princesa entonces le relata que cuando tenía 23 años se le presenta en su palacio un señor muy caballero y educado, le dice que tiene una hija (a la que adora) muy enferma y que, si ella le presta un año de su vida, él le pude alargar la vida y, que él se lo devolverá cuando ella se lo pida.

Pasan los años, y con ellos la decadencia física… La princesa recuerda la deuda y empieza a utilizar esos días de belleza, energía y juventud. Los va gastando, y ahora le queda uno solo, pero no tiene con quien usarlo, ya que no conoce ya con quien vivirlo, porque toda la sociedad que conocía desapareció.

El joven, entonces, se ofrece a vivirlo con ella y ser ese amante, amigo y compañero que busca en ese último día. Ella acepta, y lo cita para dentro de un mes y lo esperará a las 19 horas.

Y así transcurre ese mes, el más largo de la vida del ansioso joven. Por fin llega, y vestido de etiqueta, se dirige a la villa.

Y acá te invito a un juego antes de que termines el cuento, ¿dale?

Preguntate:

¿Como y que soñarías en ese mes? ¿Qué imaginas darle a esa persona que va a vivir su última ilusión? Imaginate abriendo la puerta, ¿qué pasaría?

Te hago estas preguntas porque esta historia se ha repetido en mi cabeza más de 20 años y cuando tengo que encarar situaciones, de las más diversas y, por supuesto, también en el amor.

Me he imaginado que ese es el último y único día y juego con mis sueños, los disfruto y, cuando llega ese momento, lo vivo como si fuera el último.

Si te sale, contanoslo en los comentarios. A mí, me hizo feliz muchas veces…

Texto y síntesis por María Yofre

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